El gobierno de El Salvador ha respondido a las críticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) de abandonar el uso de Bitcoin como moneda fiduciaria, según Associated Press. 

“Ningún organismo internacional nos va a obligar a hacer nada, nada”, dijo el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, y agregó en un canal de televisión local que Bitcoin como moneda fiduciaria es un asunto de soberanía para El Salvador. 

La respuesta de Zelaya es la última de una serie de disputas entre el gobierno salvadoreño, encabezado por el presidente y partidario de Bitcoin, Nayib Bukele, y el FMI. 

El Salvador y el FMI

La tensa relación entre El Salvador y el FMI comenzó el verano pasado cuando la organización internacional dijo que la adopción de Bitcoin por parte del país planteó "una serie de problemas macroeconómicos, financieros y legales". 

“Las criptomonedas pueden conllevar riesgos significativos y las medidas regulatorias efectivas son muy importantes cuando se trata de ellas”, agregó el portavoz del FMI, Gerry Rice. 

A pesar de la posición del FMI, El Salvador ha seguido adelante con el plan de Bukele adoptar Bitcoin como moneda de curso legal, que sucedió en septiembre de 2021. 

Cuando El Salvador ingresó a septiembre de 2021, el Congreso del país aprobó un fondo de $ 150 millones que fue diseñado para ayudar a facilitar las transacciones entre el dólar estadounidense, la otra moneda de curso legal de El Salvador, y Bitcoin. 

Una vez más, el FMI no quedó impresionado

“Las criptomonedas emitidas de forma privada, como Bitcoin, conllevan riesgos sustanciales. Hacer que sean equivalentes a una moneda nacional es un atajo desaconsejable”, tuiteó el FMI reiterando su postura original compartida a principios de este verano. 

Justo a principios de este mes, el FMI levantó la bandera de El Savador-Bitcoin por tercera vez, argumentando que la adopción de Bitcoin como moneda fiduciaria "conlleva grandes riesgos para la integridad financiera y del mercado, la estabilidad financiera y la seguridad de los consumidores". También puede crear pasivos contingentes”. 

Esta tercera advertencia se produjo en medio de temores de que las compras de Bitcoin de El Salvador agreguen un riesgo no deseado a las perspectivas crediticias soberanas ya preocupantes del país.

¿Qué opinan los salvadoreños?

La revolución es una de las históricas, que inevitablemente no puede hacer que todos estén de acuerdo. Entonces, mientras algunos salvadoreños están contentos con la medida de su presidente, otros están muy descontentos. Lo que sucederá de aquí en adelante, solo el tiempo lo dirá. Veremos si otros países siguen la política de El Salvador y qué beneficios reales pueden sacar de ella. Si desea hacernos saber lo que piensa sobre este asunto, escríbanos en la sección de comentarios a continuación.